Lo viejo frente a lo nuevo
Y vi un nuevo Cielo y una nueva Tierra... oí una
voz que decía que ya no habrá más muerte, ni pesar,
ni llanto, pues lo de antes ya ha pasado. Libro Esenio de las revelaciones.
A lo largo de estos últimos años han cambiado muchas cosas. Hay determinados pensamientos y patrones de conducta que fluyen con las nuevas energías y otros que fluyen contra ellas. Fluir significa saltar al río del que hablan los Hopi y confiar en la dirección de su corriente. Los verbos luchar, batallar o conquistar pertenecen al viejo sistema de creencias patriarcal. Más adecuados son los verbos fluir, confiar o rendirse. Ahora más que nunca, si luchamos contra algo atraemos eso hacia nosotros.
Viejo modo de hacer las cosas: Quiero inciar un negocio. Envío enormes cantidades de correo hago interminables llamadas telefónicas, saco una gran cantidad de publicidad y vuelvo a sentarme a esperar los resultados, ansiosa, algo temorosa. Me entra el pánico debido a la inversión económica que he hecho para lanzar este proyecto. ¿Y si no funciona? ¿perderé todo mi dinero?. Entonces ¿Qué haré? ¡Tiene que funcionar!. Impaciente y preocupada, espero resultados.
Nuevo modo de hacer las cosas: Pulo mi visión y clarifico lo que quiero ofrecer al mundo, a quién y de qué forma. Mi visión puedo no estar necesariamente dirigida únicamente a ganar dinero, sino que puede incorporar también algun proyecto creativo o algún objetico orientado al servicio. Una vez que tengo clara mi visión envío unos cuantos folletos publicitarios- menos cantidad pero más personalizados- tal vez pongoo un anuncio en una revista o periódico apropiados y me conecto con la fuente de infinitas posiblidades (Dios, Gran Espirítu, el Infinito, la fuente de la Creación, la Madre Diosa) y pido ayuda.
Hablo con otros acerca de mi deseo de que se manifieste esta visión. Me doy cuenta de que no se trata necesariamente de vender mi idea, sino más bien de transmitir mi pasión por ese proyecto a los demás con entusiarmo. Entonces paso a otra cosa, con con tranquilidad, mientras permito que mi proyecto se desarrolle, concediéndole la flexibilidad de manifestarse de la forma más apropiada.
La autointegridad y la congruencia (cumplir lo que se dice) envían al mundo un poderoso mensaje que, a su vez, atrae con precisión aquello que más te sirve. Es la ley cósmica de la resonancia: así como es dentro es fuera. Se trata del modo más eficaz de vivir en estos tiempos. Gran parte de lo que existe en el mundo es consecuencia de intentos mediocres, desganados y confusos. Así pues, cuando algo se crea con pasión, amor y creatividad, simplemente sobresale. La gente que vive su integridad y crea a partir de su pasión atrae la atención del mismo modo. Centra tus esfuerzos en alimentarte con tu autenticidad. De este modo tú resonancia (aquello que envias al mundo) atraerá hacia ti, facilmente y sin esfuerzo, todo cuanto mejor te sirva: la casa ideal, el trabajo ideal, la pareja ideal..etc.
Los niños y niñas que nacen en estos tiempos ( con un mayor número de codones activados en su ADN) representan claramente un nuevo tipo de humanos. Nuestros padres y abuelos podrían considerarse representantes de las viejas maneras. Algunos de ellos están haciendo significativos descubrimientos y logrando un importantísimo trabajo de sanacíón en sí mismos. Muchos, sin embargo, se hallan estancados en el pasado. Por supuesto, resulta mucho más difícil transformar 70 años de patrones sociales y familiares que transformar 30. Eso deja el lugar intermedio a nosotras. Nosotras estamos tanto sanando lo viejo como abriendo el camino para lo nuevo. Somos una especia de puente entre las generaciones. Nuestra tarea es limpiar lo viejo, de modo que la nueva generación no tenga que cargar con un equipaje tan pesado ni se vea obligada a tirar su magnífico esplendor dentro de la bolsa.
Pamela A Field
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