Juegos de proyección


Las relaciones son un asunto bastante complicado. Muchas de nuestras cuestiones emocionales psicológicas y conductuales no resueltas no son tan fáciles de reconocer. Si se dejan sin atender crean proyecciones y expectativas inconscientes y a menudo insanas, puestas en nuestra pareja. En otras palabras, nuestra pareja hace de espejo, que nos devuelve el reflejo de nuestras propias cuestiones por resolver.

Por ejemplo:
La víctima atrae a alguien que abusará de ella porque ella posee una baja autoestima. El inseguro bravucón necesita a alguién más débil que el para sentirse con poder.
El paciente necesita la enfermera para que lo cuide ( como hacía su madre) La enfermera necesita al paciente porque no tiene ni idea de qué hacer con su propia vida y quiere sentirse útil y necesaria.
La mujer que se queja constantemetne a su pareja (porque no se siente satisfecha con su propia vida) necesita una pareja que aparentemente lo haga todo mal y confunda la crítica con la atención.
¿Cuántas parejas viven juntas en un disfuncional juego de proyección y nunca llegan a realmente conocerse el uno al otro? Hasta que nosotors mismos no nos curemos de nuestras propias disfunciones se nos conducirá hasta personas como nosotros para tener la posibilidad de sanar y sanarnos juntas.
Si fuese posible pasar al otro lado del telón para obtener una visión más clara de nuestro plan de vida podríamos comprender estos roles desde un punto de vista completamente distinto. Nacemos con un plan que llevar a cabo que incluye aprender distintas lecciones. Pongamos que nuestra alma acordó con otra alma trabajar el tema del abuso. Visto desde este ángulo la pareja que abusa de nosotras/os está en realidad presentándonos un aprendizaje que nuestra alma pidió con el fin de dominarlo. Visto de este modo el abusadir se halla eb realidad a nuestro servicio. Sigue estando ahí la pregunta: ¿Somos capaces de aprender la lección ys eguir avanzando, o quedarmos atrapados en el papel de víctima.
Se ruega tener en cuenta: Esta teoría no pretende justificar un comportamiento de abusos. Por el contrario, constituye un intento de comprender por qué una mujer puede llegar a elegir repetidas veces a una pareja que abuse de ella.

Pamela S Field

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