Volver a vivir con ilusión


Todos tenemos la capacidad e enfrentarnos con ánimo a los retos de la vida, pero a veces perdemos el contacto con esa fuente de energía interior. Para poder disfrutar de ella debemos cultivar algunos sentimientos clave: la pasión, la alegría, la esperanza y el sentido de la vida. Si nos centramos en ellos, estaremos más satisfechos con nuestro proyecto vital y descubriremos un propósito superior a nosotros mismos.

Siempre me ha interesado la cuestión de la energía personal. Y no me refiero a la fuerza física, y menos aún a la dureza de carácter o al afán de dominio, sino a la fuerza espiritual que permite a una persona enfrentarse con ánimo al trabajo, a la creación, a las dificultades, a la vida en general. Tampoco me refiero a ningún poder mágico, ni parapsicológico, ni espiritual, sino a cualidades muy cotidianas. Es aguante e ímpetu, tenacidad y amplitud de miras, generosidad y sentido del humor, compasión y entusiasmo.
He conocido a muchas personas fisicamente débiles, hombres y mujeres que, sin embargo, tenían esa fuerza; las he admirado y he intentado descrubrir su secreto. Sería fácil decir que es un don que han recibido, como el músico el poeta recibe el suyo, pero sería elduir la investigación precipitdmente. Me parece más cierto decir que todos tenemos esa energía en mayor o menor medida, y que de lo que se trata es de poder acceder a ella o de permitir que se despliegue.
Les pondré un ejemplo escolar. Tal vez recuerden de los tiempos en que estudiaban física en el colegio que hay una energía potencial y una energía cinética. El agua que está retenida en un embalse tiene mucha energía potencial, pero es como si no la tuviera. No la ejerce. Sólo cuando se abre la compuerta y el agua baja por la rampa se convierte en energía real, activa, impulsora. Pues algo así sucede con la energía personal. Todos podemos soportar el esfuerzo un minuto más, lo que nos sucele pasar es el deseo de hacerlo.
Cuando hablamos de motivación y todos lo hacemos, nos estamos refiriendo a esa capacidad de actualizar y disponer de nuestra energía. Al decir "no estoy motivado" lo que queremos decir es "no consigo aprovechar mi fuerza" Nos sentimos flojos, cansados, sin razón, vencidos antes de luchar. Y agradecemos si presta una cerilla mental para prender nuestra propia cohetería. Somos los mismos de cuando estamos entusiasmados, pero viviéndonos de una manera diferente.
Me gustaría hablar de algunos sentimientos que hacen más fácil acceder a nuestra propia energía: la pasión, la alegría, la esperanza, y el sentido de la vida.
Si anhelamos experimentarlos es, precisamente, por su capacidad
estimulante.

José Antonio Marina
Filósofo y escritor

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