El chantaje emocional


Frases aparentemente inocentes pero que esconden una exigencia, amenzas para obtener un fin... todo forma parte del chantaje emocional. La intención: provocar miedo, angustia, condicionar una reacción.
El chantajista emocional se cree una víctima, es inseguro y temeroso, pero esconde sus propias necesidades creándolas en los demás y lo consigue. Desenmascarar al chantajista emocional resulta complicado pues suelen comportarse así con las personas que más les quieren y que temen no estar a la altura de sus demandas. Cuando no obtienen lo que buscan, hacen que se sientan culpables; se muestran incapaces de aceptar un no.
Pero no podemos decir "si" si no queremos hacerlo. Por eso es muy importante dejar claros los límites, saber que nadie dirige las aciones de otro si no es él mismo. Saber que tenemos el mismo derecho de elegir como de equivocarnos es primordial.
Sin nuestro consentimiento, el chantajista percibe su impotencia y deja de intentarlo. Puede que tengamos que sufrir su enfado, pero basta con darle tiempo. Una vez vuelva a la calma, podemos utilizar el diálogo para explicarle cuáles son nuestras razones y hacerle entender que cuando pides tienes que estar dispuesto a aceptar un sí, pero también un no.
Algunas personas necesitan tiempo para entenderlo, el secreto está en dárselo.

Mar Cantero

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