Tu pareja ideal es la que te quiere como eres
Esperar demasiado puede poner en peligro la relación.
¿Por qué soñamos con enamorarnos?
Porque creemos que con esa persona todas nuestras carencias van a quedar resueltas y que vamos a realizar todos nuestros deseos, En el trayecto que el hombre hace para construir su identidad pierde a una mujer que quedó en el inconsciente y que cree reencontrar cuando se enamora. La niña perdió a un príncipe azul que quedó sumergido en las historias de su infancia y que ahora reaparece en el hombre de sus sueños. En la pasioón hay un reencuentro con lo que hemos perdido.
La capacidad para amar se aprende en la infancia. El amor es una construcción, como lo es la identidad, y los principales materiales para organizar una buena relación amorosa provienen de nuestros primeros años de vida; durante esa etapa aprendimos: de cómo nos miraban; de lo que vimos, de cómo se trataban y querían las personas que nos rodeaban.
Cuando el aprendizaje nos conduce a elegir amores que nos hacen sufrir, podemos recurrir a un tratamiento psicológico y llevado a buen término es decir: hacer un repaso a nuestra historia afectiva nuestra propia forma de organizar los vínculos amorosos.
Cuando se ponen demasiadas expectativas en los demás es fácil que la decepción aparezca. Esperar mucho del otro puede estar relacionado con pedirle que cubra carencias que tenemos y que no reconocemos y que pertenecen a nuestra historia afectiva.
Otro problema es cuando la otra parte tiene mucho que ofrecerte; eso puede hacer que creas que tienes poco para dar; entonces sobrevaloras a la pareja y caes en la dependencia. Aunque hay diferentes matices, todos esperamos lo mismo: ser queridos tal y como somos y que el otro no nos pida más de lo que podemos dar.
Tendríamos que fijarnos en lo que el otro aporta y no pedirle lo que no puede proporcionarnos. Quizá aceptaríamos mejor esto si fuéramos más tolerantes con nosotoros mismos y también aceptaríamos mejor nuestros fallos en relación al otro. En definitiva, si nos conociéramos mejor y nos quisiéramos como somos.
La idealización es una condición del amor que hay que saber moldear con el tiempo, y sobre todo al principio de la relación. No se puede evitar: siempre admiramos a quien amamos. Y algo de eso permanece siempre tras un amor duradero. Lo que tenemos que saber es que va cambiando, va transformándose, al igual que nosotros.
Estoy convencida que el hombre o la mujer ideal si existen y podemos encontrarlos, pero en la medida en que no esperemos que se acomoden a una idealización. El hombre ideal para nosotros es el más adecuado a nuestras características psicológicas: el que nos acompaña en la vida y al que sabemos acompañar.. Ese al que sabemos querer como es y que nos quiere como somos. Y en el caso de los hombres ocurre lo mismo. Encontraremos el amor cuando hayamos aprendido a querernos y a no temer que el otro descubra nuestras inevitables imperfecciones. Entonces tampoco nos afectará descubrir las suyas.
El amor se compone de grandes cantidades de deseo, de unos gramos de ilusión y de una madurez psicológica adecuada que nos permita querernos como somos y organizar una identidad propia sin demasiados conflictos. Para amar a otros necesitamos estar de acuerdo con nosotros mismos y luego saber aceptar las diferencia que tenemos con nuestra pareja. Y que la soledad no nos asuste: si tenemos un mundo interno rico en pensamientos, recuerdos y proyectos, podremos disfrutar de la soledad y también compartir mejor nuestro mundo con la persona amada.
De que una relación sea duradera depende de que ninguno quiera convertir al otro en alguien distinto a quien es. Se trata de aceptarle con sus virtudes y sus defectos, de saber acompañarle en la vida y de que nos sintamos acompañados por él. También es importante que los dos sean afectivamente independientes y que no crean que su pareja va a resolver todos los conflictos.
Todos llegamos al amor con una historia previa que a veces entorpece la relación, porque no se han resuelto adecuadamente los conflictos afectivos.
Isabel Menéndez y Victoria Queipo
Autoras de: Dejemos hablar al amor,. Qué nos pasa cuando nos enamorarmos.
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