Amar sin someterse




















Lo que hace el amor tan misterioso, deseable y único no es otra cosas que la libertad: somos tan libres para amar como el otro para correspondernos.
Pero a veces, nos dejamos regir por toda una serie de crencias falsas que limitan nuestras visión del amor y de la vida: si la entrega no es absoluta, nuestro amor no es verdadero; si no nos sacrificamos al máximo, no podemos justificar el ser merecedores de afecto... incluso pensamos que cuanto más necesarios nos hacemos, más importantes y dignos de amor somos.
El siguiente paso lógico del proceso es la frustración, pues sentimos que la balanza tan desequilibrada que culpamos al otro y le exigimos -conscientemente o no- que nos dé el aprecio que nosotros mismos decidimos que necesitamos, una renuncia que el otro nunca nos pidió.
Es más, es porblable que el otro se sintiera atraído por nosotroas, entre otras cosas, por la dignidad y respeto con que nos tratábamos .. ¿No es, entonces paradójico este autoboicot?
Para salir de este bucle es preciso recordar siempre que nos amor por lo que somos, mucho más allá de lo que hacemos. Y que el amor incondicional es incompatible con cualquier forma de sometimiento.
Y, por supueto, seamos honestos: si deseamos recibir amor -cariño auténtico- entreguemos el nuestro con la misma lbertad, sinceridad y respeto.

Vanessa Gil
Terapeuta- desarrolo personal y motivación.

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