Reconstruir nuestra historia personal
Debemos hacer esta exploración lo más objetivamente posible. No estamos buscando culpables, estamos reconstruyendo nuestra historia personal y para encontrar las razones que hoy nos convocan y que sentimos, desde lo más profundo de nuestras entrañas, que están clamando por un cambio, al no querer seguir viviendo del modo en que lo hemos hecho hasta el presente.
El panorama se va a aclarando y comenzamos a percibir que la actitud de los demás hacia nosotros pasa por un angosto desfiladero cuya puerta abrimos únicamente desde dentro. Hay una responsabilidad implícita en esto de la manipulación, en lo que hemos permitido que hagan con nosotros, aunque podamos esgrimir razones de peso para explicar que ello haya sucedido.
Pero una vez que hayamos tomado ese café con nosotros mismos y hayamos descubierto cuáles fueron en cada caso las razones que pudieron haber existido y que nos llevaron a ser víctimas de una manipulación, no hay tiempo para lamentarse, sino para poner manos a la obra, para reconstruir un presente y un futuro dignos para nosotros.
Ubicar las piezas en el tablero será el sinónimo de ver nuestra realidad sin deformaciones, para poder detectar a día de hoy cuáles son nuestros puntos fuertes y cuáles son los débiles.
Obviamente se torna imprescindible sentir que queremos cambiar lo que estamos viviendo, punto de partida de la elaboración de un proyecto de vida que nos coloque en el primer lugar del largo inventario de transformaciones que introduciremos en nuestra existencia.
Hagamos una lista con algunas de las razones más frecuentes de actitudes frente a la vida que culminan en la cesión de espacios, que son rápidamente tomados por quien ejerce la manipulación sobre nosotros.
- Carencia de un proyecto personal de vida.
- Temor al abandono.
- Sentimientos de culpa
- Mantener un estatus social
- Seguridad económica
Puede haber una enrome cantidad de razones que sean las causantes de ese avance que efectúa el manipulador, que se suman a las características de la personalidad de quien se aprovecha maliciosamente de nuestra debilidad.
a) Carencia de un proyecto de vida personal.
Esta razón es una de las principales derivaciones de una baja autoestima, que le impide al individuo sentir que puede ser eficaz antes los desafíos que la vida lo expondrá en el futuro.
Deambula entonces a través de la existencia sin un rumbo fijo, sin una profesión, un oficio o un empleo que le permita ser independiente, siendo presa fácil de quienes sí saben lo que quieren para su vida, aunque sea a costa de los demás, y se lo hacen sentir en cada una de las palabras y de los actos que comparten en la cotidianidad.
Si, por ventura, ésta fuera tu situación, y no importa cuál es tu edad, tu sexo, o tu estado civil, se impone ya, hoy mismo, comenzar a elaborar un plan de acción, que estimule tu motivación y te permita comenzar a creer en tu capacidad para modelar tu destino, sin pretensiones exteriores y volcando toda tu creatividad en un proyecto de vida quizá muchas veces postergado.
Aquí queda de manifiesto la malicia del manipulador, quienes se ha cuidado bien durante mucho tiempo de no despertar en su victima la necesidad de ser autónoma o independiente para no perder su ascendencia sobre la misma.
Te adelanto que esta transformación de ti modo de pensar y de actuar no será bienvenida justamente por quienes ejercen la manipulación, ya sea en el ámbito familiar o laboral.
El saber de donde partimos y adónde queremos llegar cambiará radicalmente el escenario en que se está desarrollando nuestra vida, transformándolo en un espacio donde sabremos con certeza, cómo establecer límites para no aceptar nunca más que alguien intente manipularnos bajo cualquier tipo de amenaza.
Capacitarnos y desarrollar un proyecto de vida propio nos permitirá interactuar de forma sana con los demás seres humanos, manteniendo nuestra independencia de pensamiento y de sentimiento, impidiendo de este modo que puedan aprovecharse de una debilidad que ya no volverá a estar presente en nuestra vida.
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