Desactivar las envidias


Cultivar la humildad y participar en las alegrías de los demás son el mejor antídoto a fin de eliminar los resentimientos de nuestro entorno.

A veces nos ocurre que, al compararnos con el entorno y al sentir que nos mejora en algo, llegamos a querer la destrucción de la cualidad del otro.
Ya que yo no lo puedo tener, que tampoco lo tenga él. Se trata de la envidia malsana, una emoción que, si la despertamos en los demás, puede afectarnos emocionalmente e impedirnos el logro de nuestras metas. Con todo, podemos poner en práctica algunas claves para desarmarla:

- Reflexionar acerca de nuestra conducta ¿Hemos hecho algún alarde antes los demás que haya podido activar su envidia? Si ha sido así, no nos culpabilicemos, pero sí que podemos modificar nuestro comportamiento de manera que gestionemos nuestros logros con algo más de humildad.
- Participar de los éxitos de los demás, alegrándonos por ellos y haciéndoselo saber, es una excelente manera de no fomentar su envidia.
- Si quieren nos envidian nos instigan, será necesario hablar con ellos, para acabar con esa conducta. Es importante hacerlo de manera calmada, exponiéndoles cómo nos sentimos, sin pisar su orgullo y dejándoles un espacio para retroceder y cambiar su comportamiento.
- El desarrollo de la empatía nos ayudará a cuidar de nuestras relaciones personales. Es así como encontraremos personas que nos apoyen

Marisa Bosqued- psicóloga
Mente Sana

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