El amor lo puede todo
El amor es la mayor fuerza del universo. Es la fuerza de la unificación. Nos une, nos enseña, nos nutre, nos ama y vive a través de nosotros. Cuando accedamos a nuestro amor interno, podremos compartirlo con los demás tanto como queramos y nunca se nos acabará.
Por desgracia, muy pocas personas sienten, comprenden o permiten experimentar en sus vidas el amor maduro. Existe una conexión directa entre las necesidades insatisfechas de amor llegue a ti, si te reponsabilizas de tus acciones y no haces a los demás lo que no te gustaría que te hicieran, podrás acceder a lo más profundo del amor que vive en tu interior.
El amor infantil es necesitado, dependiente, posesivo y exigente. El amor inmaduro está basado en el miedo, la inseguridad la falta de confianza. Los miedos que el niño tiene de perder al ser amado le conducen a los celos y a la dominación. El amor infantil es egoísta, condicionado, adictivo y conduce a la separación. El amor maduro es justo lo contrario. No está condicionado, no es adictivo, no domina ni posee. Basado en la sabiduría, aprecia la individualidad, el crecimiento y el desarrollo de la otra persona. Las persona que han crecido y madurado nunca tiene escasez de amor. Ofrecen un amor independiente y no exclusivo, que une a las personas. El amor estimula y realiza el crecimiento individual y general.
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