
3.- La envidia
Los autores o instigadores de las agresiones propias del mobbing suelen presentar frecuentemente rasgos o incluso alteraciones o transtornos de la personalidad que fundamentan y explican su comportamiento destructivo. Esto explica por que los hostigadores muy dificilmente se reconozcan como tales.
Normalmente , sus complejos de inferioridad o sus sentimientos profundos de inadecuación no resisten la presencia de otros compañeros o incluso subordinados más brillantes, mejor valorados o considerados por los demás.
Las reacciones de envidia suelen ser reacciones que les hacen sufrir interiormente y les dejan literalmente "destrozados". Manifiestan un "yo" deteriorado que no acepta la propia realidad ni la existencia de personas más brillantes o más felices a su alrededor, a las que intentan eliminar de la circulación.
Acabar con las personas felices, competentes, brillantes y satisfechas consigo mismas del propio entorno profesional hace creer ilusoriamente a los hostigadores que así son más fuertes que ellas.
Darían cualquier cosa por poseer las cualidades de la víctima , pero su propia incapacitación para el aprendizaje suele perpetuar una profunda ignorancia y pobreza humana.
de carácter personal
Se suscita un tipo de envidia de carácter personal mas que profesional (por ser más sensible, más buena, más inteligente...).
El nuevo jefe , valora en público al que luego será acosado.
Ser apreciado por una persona significativa para el acosador ( "¡ Qué mona es! ", "¡ Es que es tan buena! ", "Aunque parezca normal, tiene picos de gran inteligencia" )
por los logros
Envidiar a alguien por sus logros, por el éxito obtenido en un proyecto , por la popularidad (fama) entre compañeros y conocidos , lleva al acosador a querer apropiarse de la autoría del logro , normalmente suplantando la identidad del acosado ( muy habitual en el mundo universitario) , aunque también el acosador llega a atribuirse ese logro "democratizando" el éxito final (es mérito de "todos", aunque el trabajo lo haya realizado la víctima en solitario) , pero cuando no es posible suplantar la autoría ni apropiarse del éxito, entonces, el envidioso se dedica a infravolorar los logros de los demás, en especial el de la víctima y ésta puede darse cuenta de ello porque nunca recibe un comentario valorando su trabajo.
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