Promíscuos emocionales


Nada les duele más que estar solos. Buscan con voracidad nuevas relaciones, o están con varias personas al mismo tiempo, sin importarles si el vínculo que forman es beneficioso o destructivo. El tema es llenar todos los espacios posibles, para que la gélida soledad no se inmuscuya en sus vidas y les devuelva, como si fuera una espejo, el estado interno en el cual se encuentran. sin embargo, para empezar a llevar una existencia sincera y auténtica, el primer paso es entregarse a la verdad y empezara transitar el camino con madurez y fortaleza.
Hay personas a las que nunca vamos a ver solas. siempre tienen una nueva pareja, les surgen amigos como si brotaran del suelo, y van por la vida conociendo gente con un sentimiento casi compulsivo. Aprimera vista, su posición parece envidiable ¿Quién no desea amar y ser amado por todo el mundo? A pesar de esto, generalmente, las relaciones que establecen suelen ser pasajeras y poco perdurables. Por eso, en estos casos, es importante determinar si estas conductas reflejan necesidad de amor o es una huida de los propios miedos e inseguridades.
El amor y el miedo van de la mano
Estos dos sentimientos son coemergentes, es decir, cuanto más se ama más vulnerble se vuelve. Se puede decir que el miedo a sufrir es proporcional a esta entrega. Cuando una persona ama intensamente, inmediatamente surge el recuerdo, acerca de cómo experimentó este sentimiento la primera vez y, junto a él, el grado de dolor que la que le ocasionó este hecho. Esa antigua herida se reeditará en los vínculos que se formen en el presente. en algunos individuos, amar significa reencontrase con el miedo al abandono o al rechazo; mientras que, para otros, equivale a perder la libertad o, inclusive, a perderse en el ser amado. A pesar de todo esto, siempre se busca el amor, porque es la forma que tiene el alma de volver estar en comuninación con otra, creciendo en su camino espiritual y curando todas las cuentas pendientes del pasado.

Temor a la soledad y voracidad afectiva
Hay quienes no pueden estar solos bajo ninguna circunstancia por lo que buscan en forma compulsiva la compañía de alguien; al no poder darse espacio para reflexión, en la mayoría de los casos realizan malas elecciones.
Cuando no se tolera el vacio de la soledad, se tiende a llenarlo de personas, de actividades, de comida o de palabras, En este último caso, no se escucha al otro, porque lo único que se ofrece son monólogos o charlas centradas en uno mismo.
También es común entablar vínculos dependientes y caer en adicciones. La carencia afectiva es tan grande, que toda la vida gira en torno a cubrir esa necesidad y, en la desesperación, todo vale. Ahí es cuando surgen las relaciones emocionales promíscuas, porque en el afán de huir de la soledad, se elige estar con cualquiera que sea una compañía.
El otro deja de existir como persona para volverse una oreja, a quien contarle las propias experiencias. El tema es que, a la larga, esa utilizacíón que hace el individuo carente de afecto, hace que los demás se den cuenta y se terminen alejando.
Así es como surge la necesidad de buscar un nuevo apoyo emocional, volviéndose promiscuo en sus vínculos, ya que comparte su intimidad con varias personas para asegurarse de no estar solo nunca.


Formas de romper con el patrón promiscuo

Propia compañía:
Buscar ser el mejor compañero de uno mismo para poder, así disfrutar el estar solo sin sentir soledad. Se pueden escribir diarios o cartas en las que los destinatarios seamos nosotros mismos. Esto va creando una actitud más contenedora sobre los propios sentimientos.
Actividades individuales:
Buscar qué se puede hacer sin necesidad de que otra persona nos acompañe, por ejemplo, bailar, cantar, ver una película, leer un libro o realizar alguna actividad física.

Eliminar monólogos:
Escuchar al otro, olvidándose de uno mismo. Esto otorga comprensión y nos vuelve generosos, lo que se manifiesta en el hecho de saber escuchar y ayudar al prójimo en forma desinteresada. Las personas se sienten más cómodas cuando son valoradas genuinamente, sin estrategias manipuladoras, por lo que se fortalecen los vínculos.

Pedir ayuda:
Seguir alguna terapia, que sirva como guía para atender las propias necesidades y para saber cómo resolver las dificultades como un ser responsable.

Esencias florales para los promiscuos emocionales
Si se desea terminar con el miedo y reforzar el alma se recomienda

Heather Brezo:
El Dr. Bach describe la personalidad de quienes necesitan esta esencia: para aquellos que siempre están buscando la compañía de cualquiera que se encuentre disponible, ya que siempre necesitan discutir con los demás sus propios asuntos, sin importalles quién les escuche. Si tienen que estar solos, sea por el tiempo que sea, se sienten muy infelices.

Chicory- Achicoria: para aquellos que son sobreprotectores con los demás y necesitan dirigir y controlar a los que rodean. Siempre encuentran algo para corregir. Son posesivos y egoístas, con un apego excesivo a los seres queridos, Procuran mantener lazos de dependencia con los demás, para sentirse necesitados y queridos ( dan amor con la intención de obtener amor) Son muy serviciales.Se entrometen en las vidas y sentimientos de los otros, los organizan, critican, dirigen, corrigen.
Siempre le recuerdan al otro su gran ayuda o extrema generosidad. solamente se siente a gusto entre sus seres queridos. Sienten lástima de sí mismos cuando no consiguen lo que quieren. Experimentan sentimientos de ofensa y de dolor frente a la exclusión ajena.

Cómo se distingue cada personalidad
La persona que se beneficia con la variedad Heather-Brezo tienen un comportamiento típico de niño necesitado de afecto; suele establecer múltiples relaciones superficiales, sin ningún tipo de filtro. La manipulación de estos individuos suele traducirse en una especie de adherencia con los demás. Suelen decir frases del tipo si te quedas conmigo, te doy esto.

Las personalidades que requieren la esencia Chicory-Achicoria, se asemejan a una madre necesitada de dar, para lograr el reconocimiento. Son selectivas en las relaciones que establecen; sin embargo tejen un manejo sutil de los afectos, mediante el pase de factura y actitud posesiva que ejercen.

Gabriela Murgo