Perfil del perverso moral



Aunque muchas de las actitudes señaladas en el punto anterior están presentes en otras formas de maltrato, no todo puede ser calificado de perverso moral. Los insultos y descalificaciones, por ejemplo, pueden ser utilizadas por un individuo extremadamente celoso y coqueto. En cuanto a las amenazas, son propias de las personas violentas y recurren a ellas casi todos los que utilizan la violencia contra sus parejas, ya sean hombres o mujeres.
Las razones que llevan a una persona a maltratar a otra pueden ser muchas: algunos por la educación sexista que han recibido, están convencidos de que la mujer debe obedecer, servir al hombre y reaccionan violentamente cuando ésta intenta hacer valer sus derechos o cuando se niega a cumplir sus deseos. Otros, enfermos de celos, ven infidelidades donde no las hay y montan en cólera cada vez que tienen la menor sospecha. El objetivo de estos dos tipos de maltratadores no es el hacer daño, destruir sino conseguir mediante agresiones obediencia (en el primer caso) o fidelidad y seguridad (en el segundo).
Pero el perverso moral no utiliza su violencia para conseguir otros objetivos sino que ejerce con el único propósito de destruir a sus víctimas. Su perfil es muy claro: se trata de un perverso narcisista que se considera a sí mismo especial, superior a los demás, con unas enormes ansias de dominio que le permitan disfrazar la inseguridad que siente. Tienen fuertes fantasías de éxito y poder y necesita llamar la atención, obtener una exagerada consideración y respeto de quienes le rodean. Busca ser admirado o, como poco, temido. Se quiere sólo a sí mismo y es incapaz de sentir afecto hacia los demás.
Se considera omnipotente y a su víctima la ve como un objeto que está ahí para satisfacer sus caprichos. Y no porque sea mujer, como podría ser el caso de un marido, sino porque todos cuantos le rodean, independientemente de su sexo, son considerados inferiores.
Como no puede castigar a toda la humanidad, dirige su agresión a quien tiene más cerca, lo convierte en su víctima y lleva a cabo su labor destructiva para sentirse omnipotente.
Cualquier acción de la víctima que le pudiera molestar, por pequeña que fuere, será tomada como falta de respeto y merecedora de un castigo cruel. Sin embargo, no sólo arremete cuando se siente interiormente irritado sino constantemente, aunque no haya motivo alguno, porque experimenta placer y poder haciendo sufrir y viendo la desesperación de la víctima por congraciarse con él.
A menudo la pareja sólo le interesa en el aspecto sexual; el resto del tiempo, su sola presencia le produce rechazo.
La envidia y los celos le corroen; no soporta que alguien tenga un protagonismo mayor. Requiere para sí mismo toda la atención y le molesta particularmente que la víctima tenga una ética firme, que no se vea obligada a recurrir a los golpes bajos que él utiliza para sentirse bien o para estar en paz consigo misma. Por eso la odia intensamente e intenta, por todos los medios, corromperla o destruirla.
Los perversos no tienen cura por sí mismos; saben aceptar que no pueden dejar de agredir, por lo que la única manera de evitar el maltrato por su parte es tomar distancia lo antes posible sabiendo que, una vez que se ha caído en sus redes, la destrucción psicológica se pone en marcha y hace totalmente difícil tener una noción clara de lo que sucede.
A veces, la presencia de un juez o una autoridad logra aplicarlos, y no porque hayan experimentado un cambio ni porque se sientan arrepentidos, sino por miedo al castigo. En cuanto éste deje de ser amenaza, volverán a su conducta habitual, mostrando inclusive una mayor pensamiento.

5 comentarios:

a33333333333333333333333333333 dijo...

soy victima de un ser perverso,encima un juez le dio la razon en un caso y todavia se cree más importante, me dijo que me haria la vida imposible hasta que viviera, que puedo hacer para que me deje tranquila?

AnnaMArnau dijo...

Te dejo mi correo pq pienso que es mejor que nos comuniquemos por ese medio, a ver en que te podemos ayudar.
Un abrazo
annarnau@hotmail.com

Yuhu Uhu dijo...

3-O... seguramente no nos hemos dado cuenta como sociedad lo difícil de la situación. Estamos siendo infestados de perversión. Estos temas son muy útiles y que bueno encontrar este artículos y otros más que encontre en la red, pues ahora entiendo la situación en que viven mis familiares y la persona a la que amo.
Buen aporte.

Yuhu Uhu dijo...

3-O... Como no nos hemos dado cuenta de que manera se están desarrollando este tipo de perversiones en la sociedad, que bueno encontrar este artículo que me ha ayudado a entender la situación en que se encuentra mi familia y también la persona que yo amo.

Anónimo dijo...

Hola tod@s, gracias por este blog , somos muchas por desgracias.
Yo también fuí victima de uno, lo peor es cuando descubres tu realidad , el daño, el tiempo perdido, las consultas del psicólogo, tanta cosas.
Pero en el momento que eres fuerte, tienes un trabajo y ves realmente la realidad, comienzas a pegar tus alitas para salir otra vez a volar.
Poco a poco chicas no es fácil pero no es imposible.