Inspiración
La felicidad está en darse uno mismo. Damos lo que somos. Lo que somos es nuestra aspiración, nuestro clamor interno, y lo que damos es nuestra vida de dedicación. En el auto-ofrecimiento crecemos en Dios. El auto-ofrecimiento es el precursor de nuestro devenir en Dios.
No hay sacrificio como tal. Lo que llamamos sacrificio es en realidad un constante darse uno mismo, basado en el propio conocimiento de la unicidad universal, y un constante dinamismo heroico que lo capacita a uno para conquistar el mar de la ignorancia en el campo de batalla de la vida y transformarlo en un mar de luz de sabiduría. Si uno puede hacer esto, podrá entonces realizar a Dios y llegar a ser perfecto en esta vida.
Da lo que tienes
y lo que eres.
Entonces serás bendecido
con nuevas mañanas
en nuevos mundos.
Sri Chimnoy
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