El arte de vivir en pareja II
La clave de las 3 diferencias:
Hay diferencias complementarias, conflictivas pero abordables e irreconciliables.
Las diferencias complementarias son las que se integran naturalmente: uno ama la cocina pero destesta lavar los platos. El otro los lava como nadie pero es incapaz de freír un huevo. Resultado, siempre comerán bien y su vajilla relucirá. No reñiran por esa diferenica. Y el ejemplo puede llevarse a otros planos, como los gustos culturales, las propuetas para la vida cotidiana, las aficiones...
Una diferencia " conflictiva pero abordable" puede ser la siguiente: uno es irascible en sus reacciones y esto muchas veces acobarda, aleja al otro o genera momentos incómodos, en la vida social de la pareja. El acobardado plantea esta situación, el iracundo acepta que él tiene esa característica y reconoce las consecuencias de la mismas. Llegan a la conclusión de que para ambos, en lo personal y en lo que respecta al vínculo, sería desable transformarla. El trabajo de cambio no será de los dos, sino del irascible, pero él encontrará en su pareja la colaboración más directa e interesada y podrá pedirle ayuda. Este tipo de diferencias se dan con frecuencia y son las que proporcionan una gran oportunidad para la consolidación del vínculo y la siembra amorosa. Y no siempre se trata de una tarea fácil.
Pero la historia de las parejas armónicas indica que ha sido en este terreno, con sinceridad y disposición, donde se han construido sus acuerdos más sólidos y donde han echado sus raíces más profundas.
Las diferencias "irreconciliables" ésas que dificilmente tienen solución, tienen que ver con orígenes, con características físicas, con valores ideológicos y morales, con proyectos personales absolutamente divergentes. Un cazador y una defensora de los derechos de los animales no podran convivir. Si alguien soño con un aventurero, pero está unida a un sosegado hombre de su hogar, deficilmente podrá insuflarle la valentía y la pasión con que sueña. ¿Se puede convivir con diferencias irreconciliables? Esto depende del grado de terquedad u obsesión de las personas, pero los precios son a veces en términos ecomocionales, muy dolorosos.
Conocer y conocerse:
Las cuestiones que acabamos de analizar nos permiten concluir que el arte de vivir en pareja es, en definitiva, el arte de armonizar las diferencias. Ello requiere vivir relaciones conscientes y no dejarlas en piloto automático, confiadas a la magia. Si necesita que ambos miembros estén dispuestos por igual a afrontar la tarea de la convivencia. Cada uno trabajará por ella con herramientas propias, pero es importante comprometerse a respetar los ritmos y estilos de cada uno.
Así, mas que una simple convivencia, construyes el amor, que es el fruto de un proceso de mutuo conocimiento, de mutua transformación y de mutua aceptación. Primero, se conocen las similitudes y las diferencias. Luego, se trabajan los aspectos conflictivos y abordabvles para transformarse los unos a los otros y transformar el vínculo. Y, por fin, aceptar al otro como alguien diferente a uno, no una simple copia mía o de mis deseos o expectativas. En el camino que va desde el desconocimiento de los enamorados al conocimiento del amor, podremos desarrollar el arte de vivir en pareja.
Sergio Sinay.
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