El mobbing o Acoso Moral es: “Un maltrato verbal y conductual continuado y frecuente en el tiempo, de al menos seis meses y que se produce cada semana; un objetivo final de fustigar, agobiar, reducir, acobardar, y romper la resistencia psicológica de la víctima para que abandone el lugar de trabajo mediante la baja, la renuncia o despido procedente; y una obligación de las víctimas de ir a un lugar de trabajo donde saben que van a ser fustigados”.
Definición de I. Piñuel y Zabala
En psicología, lo que se conoce como identidad está íntimamente ligado con las relaciones que mantenemos con “los otros”. En todos los ámbitos, nuestro encuentro o desencuentro con los demás afecta nuestra psique, y altera nuestro comportamiento.
En psicología, lo que se conoce como identidad está íntimamente ligado con las relaciones que mantenemos con “los otros”. En todos los ámbitos, nuestro encuentro o desencuentro con los demás afecta nuestra psique, y altera nuestro comportamiento.
Las relaciones, entre hombres y mujeres, padres e hijos, jefes y subordinados conforman un entramado complejo e infinito, dentro del cual, las personas se desenvuelven, más o menos bien o mal, según sus habilidades sociales.
Hasta aquí todo es relativamente obvio; aunque hay espacios dentro de éste entramado social que son más sutiles.
Hace relativamente poco, una psicóloga francesa, Marie France Hirigoyen ha sacado al mercado un libro titulado “El acoso moral “que ha resultado un best seller en Francia.
Su libro comienza:
A lo largo de la vida, mantenemos relaciones estimulantes que nos incitan a dar lo mejor de nosotros mismos, pero también mantenemos relaciones que nos desgastan y que pueden terminar por destrozarnos. Mediante un proceso de acoso moral, o de maltrato psicológico, un individuo puede conseguir hacer pedazos a otro. El ensañamiento puede conducir incluso a un verdadero asesinato psíquico.”
Este es un tema poco bordado en la conciencia social y que suele estar deformado por demasiados prejuicios.
La mayoría de las personas pensábamos , previamente a toda la información de la que ahora disponemos, que si una mujer permanecía al lado de un marido que le pegaba era porque muy en el fondo era masoquista.
Afortunadamente, tópicos tan simplistas han pasado a segundo plano.
Sin embargo, no sólo de ojos morados está conformada la violencia
“efectivamente, por medio de palabras aparentemente anodinas, de alusiones, de insinuaciones o de cosas que no se dicen, es posible desestabilizar a alguien, o incluso destruirlo, sin que su círculo de allegados llegue a intervenir.”Ob Cit.
Entre los trastornos de la conducta, esos estadios entre una persona sana y un loco delirante ,existen muchos matices; patologías sutiles, pero con las que sin embargo convivimos día a día.
Según cálculos de la Organización Mundial de la Salud, el 2% de la población padece de psicopatía. Lo que implica, que en España se cuentan un millón de psicópatas. Y no todos están en la cárcel, de hecho sólo se cuentan unos diez mil detectados por la justicia.
Hay madres, jefes , maridos, novias, políticos ,hijos , compañeros de trabajo psicópatas… La mayoría de ellos jamás cometerá delito alguno. Sólo engañarán, manipularan y arruinarán las vidas de los que tengan la mala suerte o la imprudencia de asociarse con ellos. En la sociedad actual, que promueve y vanagloria los comportamientos agresivos y egoístas, estos trastornos encuentran terreno fértil.
La psicopatía es uno de los grados más extremos de éste tipo de trastornos, pero existen también los Perversos Narcisistas.
“La noción de perversidad implica una estrategia de utilización del otro y luego una estrategia de destrucción del otro, sin que se produzca ningún sentimiento de culpa”
“Los perversos narcisistas son considerados como psicóticos sin síntomas, que encuentran su equilibrio al descargar sobre otro el dolor que no sienten y las contradicciones internas que se niegan a percibir.
Hasta aquí todo es relativamente obvio; aunque hay espacios dentro de éste entramado social que son más sutiles.
Hace relativamente poco, una psicóloga francesa, Marie France Hirigoyen ha sacado al mercado un libro titulado “El acoso moral “que ha resultado un best seller en Francia.
Su libro comienza:
A lo largo de la vida, mantenemos relaciones estimulantes que nos incitan a dar lo mejor de nosotros mismos, pero también mantenemos relaciones que nos desgastan y que pueden terminar por destrozarnos. Mediante un proceso de acoso moral, o de maltrato psicológico, un individuo puede conseguir hacer pedazos a otro. El ensañamiento puede conducir incluso a un verdadero asesinato psíquico.”
Este es un tema poco bordado en la conciencia social y que suele estar deformado por demasiados prejuicios.
La mayoría de las personas pensábamos , previamente a toda la información de la que ahora disponemos, que si una mujer permanecía al lado de un marido que le pegaba era porque muy en el fondo era masoquista.
Afortunadamente, tópicos tan simplistas han pasado a segundo plano.
Sin embargo, no sólo de ojos morados está conformada la violencia
“efectivamente, por medio de palabras aparentemente anodinas, de alusiones, de insinuaciones o de cosas que no se dicen, es posible desestabilizar a alguien, o incluso destruirlo, sin que su círculo de allegados llegue a intervenir.”Ob Cit.
Entre los trastornos de la conducta, esos estadios entre una persona sana y un loco delirante ,existen muchos matices; patologías sutiles, pero con las que sin embargo convivimos día a día.
Según cálculos de la Organización Mundial de la Salud, el 2% de la población padece de psicopatía. Lo que implica, que en España se cuentan un millón de psicópatas. Y no todos están en la cárcel, de hecho sólo se cuentan unos diez mil detectados por la justicia.
Hay madres, jefes , maridos, novias, políticos ,hijos , compañeros de trabajo psicópatas… La mayoría de ellos jamás cometerá delito alguno. Sólo engañarán, manipularan y arruinarán las vidas de los que tengan la mala suerte o la imprudencia de asociarse con ellos. En la sociedad actual, que promueve y vanagloria los comportamientos agresivos y egoístas, estos trastornos encuentran terreno fértil.
La psicopatía es uno de los grados más extremos de éste tipo de trastornos, pero existen también los Perversos Narcisistas.
“La noción de perversidad implica una estrategia de utilización del otro y luego una estrategia de destrucción del otro, sin que se produzca ningún sentimiento de culpa”
“Los perversos narcisistas son considerados como psicóticos sin síntomas, que encuentran su equilibrio al descargar sobre otro el dolor que no sienten y las contradicciones internas que se niegan a percibir.
Un individuo narcisista impone su dominio para retener al otro, pero también teme que el otro se le aproxime demasiado y lo invada. Pretende , por tanto, mantener al otro en una relación de dependencia(…) el mensaje no confesado es “no te quiero”, pero se oculta para que el otro no se marche. De este modo el mensaje actúa de forma indirecta. El otro debe permanecer para ser frustrado permanentemente.”
Centrándonos en las relaciones de pareja; el individuo, narcisista o perverso, necesita de alguien para que le acompañe, para descargarse sexualmente, para inflar su vanidad, etc.
Entre las personas se dan intercambios, afectivos, materiales, o incluso, simplemente sexuales, el problema con el Perverso es que nunca dará nada a cambio, nunca se comprometerá, nunca cederá ni un ápice y pretenderá mantener al otro en una situación desconcertante. Ni afirmará ni negará, ni se entregará ni desaparecerá. Establecerá su juego, impondrá sus normas, hará trampa y dominará la situación; mientras el otro no termine de descubrir que se trata de un juego de Poder y no de Amor.
Lejos de consideraciones morales, tendremos que concluir, que los perversos:
“No hacen daño ex profeso; hacen daño porque no saben existir de otro modo”
Entre las personas se dan intercambios, afectivos, materiales, o incluso, simplemente sexuales, el problema con el Perverso es que nunca dará nada a cambio, nunca se comprometerá, nunca cederá ni un ápice y pretenderá mantener al otro en una situación desconcertante. Ni afirmará ni negará, ni se entregará ni desaparecerá. Establecerá su juego, impondrá sus normas, hará trampa y dominará la situación; mientras el otro no termine de descubrir que se trata de un juego de Poder y no de Amor.
Lejos de consideraciones morales, tendremos que concluir, que los perversos:
“No hacen daño ex profeso; hacen daño porque no saben existir de otro modo”
Pero ¿cómo empieza éste proceso? ¿cómo se devela?
El proceso es lento y sutil.
El proceso es lento y sutil.
Minar la autoestima de alguien es algo que se hace sigilosamente. En Alemán se utiliza la misma palabra “Gewalt” para designar los términos “Violencia” y “Poder”.
La naturaleza nos ilustra con metáforas muy claras sobre los procesos a través se pueden relacionar dos seres: Simbiosis es un proceso dinámico de intercambio
¿Pero si hablamos de parasitismo?
El perverso no intercambia, toma todo lo que puede y luego huye. Los narcisistas serían los modernos vampiros, sólo te chuparán la sangre, no esperes salir bien parado de eso.
El perverso va cimentando su despotismo en censuras sutiles, en miradas reprobadoras, en silencios, en gestos, entre humorísticos y crueles y la víctima se va autocensurando, va cediendo terreno a ver si logra ablandar las actitudes de una pareja que no se sabe en qué momento ha cambiado ; porque así como los hombres que golpean a sus mujeres no lo hacen en la primera cita, los perversos no muestran su actitud destructiva al comienzo de la relación, si no que ésta va apareciendo progresivamente.
El perverso no intercambia, toma todo lo que puede y luego huye. Los narcisistas serían los modernos vampiros, sólo te chuparán la sangre, no esperes salir bien parado de eso.
El perverso va cimentando su despotismo en censuras sutiles, en miradas reprobadoras, en silencios, en gestos, entre humorísticos y crueles y la víctima se va autocensurando, va cediendo terreno a ver si logra ablandar las actitudes de una pareja que no se sabe en qué momento ha cambiado ; porque así como los hombres que golpean a sus mujeres no lo hacen en la primera cita, los perversos no muestran su actitud destructiva al comienzo de la relación, si no que ésta va apareciendo progresivamente.
Gottopo, Marjiatta
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