¿Cuánto te quieres?


Los mejores indicadores del afecto que sentimos por una persona son el tiempo que le dedicamos y nuestro grado de entrega a ella. Así pues, vale la pena que te preguntes cúanta de esa entrega y dedicación te diriges a ti mismo/a

Cuanto más queremos o valoramos a alguién, más de nosotors estamos dispuestos a dar. Le tratamos con mayor ternura y consideración, le dedicamos más tiempo, le escuchamos con gran atención, nos esforzamos con comprenderle, le animamos recordándole su valía cuando está con la autoestima por los suelos, les hacemos participe de nuestras experiencias, le impulsamos y motivamos hacia la mejora y el estudio, le damos buenos consejos, aceptamos y perdonamos sus faltas con mayor facilidad e incluso somos capaces de renunciar a muchas cosas por su bienestar.
Ocurre lo mismo con las cosas materiales: cuanto más las valoramos, más dispuestos estamos a pagar un alto precio por ellas. Considerando esto, llega el momento de preguntarte por la cantidad y calidad de tu autoestima.

¿Víctima o protagonista?
Sentir que los demás importan más que uno significa cederles el poder de dirigir y resolver nuestra vida. Sentirse víctima inocente de las acciones de los demás o de las circunstancias genera un estado emocional que conviene observar cona tención, ya que nos debilita e incapacita para responder antes las situaciones. Los "no puedo", "es imposible" o " no depende de mi" se adueñan de nosotros y nos empequeñecen. Hacer frente a la sitaución y responsabilizarse de la respuesta, en cambio, nos erige en protagonostas y nos mejora, nos aporta la experiencia y las habilidades que desarrollamos para superarla.
Si quieres saber qué papel te convien más, léete con atención las emociones y los sentimientos que detallamos a continuación y pregúntate qué papel te conviene adoptar cuando estés ante una situación que ni sepas cómo afrontar.
- Como víctimas inocentes: enfado, rabia, impotencia, odio, pérdida, angustia, lástima, culpabilidad, anulación, necesdad, enojo, ira, agresión, ultraje, insignificancia, amargura, frustración, resignación, sumisión, inseguridad o miedo.
- Como protagonistas: poder, dominio, libertad, felicidad, seguridad, coraje, confianza, consciencia, alegría, amor, fuerza, entusiasmo, creatividad, ternura, grandeza, motivación, diversión, esperanza, ilusión, atrevimiento o valor.
Sintiéndote víctima inocente de las circunstancias nunca podrás generar la fuerza necesaria para superar la situación. En cambio, siendo su protagonista principal, el responsable de resolver la situación, generará mucha más potencia y podrás superar con éxito todo lo que te propongas. La cuestión está en saber quién tiene su sartén por el mango: el destino, los demás, las circunstancias... o tú mismo.

¿Tener o ser?
Otro de los equívocos relacionados con la autoestima es el considerar que una forma de expresión de nuestro propio afecto es poseer lo máximo. Creemos que hemos de tener mucho para poder hacer y, finalmente, ser. En realidad, es justo lo contrario: hemos de ser para poder hacer y, consecuentemente, tener.
La mejor forma de expresión de nuestra autoesima es invertir en nosotros mismos, pero no para tener más, para ser más hábiles, más decididos, más humanos... Y Para poder responder antes nuestra vida con éxito. Sólo actuando como los protagonistas principales de nuestra vida conseguiremos nuestro propio respeto, admiración y estima.

Lourdes Tebé
Formadora experta en relaciones Humanas y liderazgo

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