Cómo caza un psicópata


No todos los psicópatas son expertos en el arte de seducir. Algunos de ellos son muy directos, incluso revelan ya una cierta violencia y modo rebelde de vivir, lo cual, paradojicamente, puede estimular la atracción que sienten algunas mujeres hacia estas personas. Estos casos se dan más en ciertos ambientes de vida no del todo legal, donde el alchohol, las drogas abundan, y con mujeres que tienen problemas para ordenar sus vidas en su sentido más estable y definido. Con estas mujeres el psicópata en realidad del modo más conveniente, son realmente muy efectivos.

Hombres "diferentes" dominadores y decididos, transgresores e imprevisibles.. algunas mujeres los hallan irresistibles porque, como ellos, también ellas buscan sensaciones y embriagarse del placer inmediato, y mañana será otro día.

Pero es cierto que estos hombres no necesitan engañar: prometen momentos "fuertes" y los dan, nos interesaremos más por la actuación de el psicopata integrado, en la cual él cuenta con la enorme ventaja de que sabe lo peligroso que es, pero no su víctima. Así es, la víctima cree que la persona que le interesa es alguien perfectamente normal, cuando no una persona maravillosa. Y así las cosas, la mujer se acerca peligrosamente al abismo, en cuyo fondo están el dolor y la desesperación.Etapa primera: vulnerabilidad.No todas las mujeres son víctimas propiciatorias de un psicópata. O al menos, ni en todos los momentos. Se hace necesario que éstes en un momento delicado, con la moral baja, quizás hayas pasado recientemente por un problema que te ha consumido, o estés en esa época de tu vida en la que ansías un cambio, algo que te haga dar un impilso a tu vida. En esas circunstancias, la aparición de un hombre "especial" puede ser el anzuelo perfecto para que entres de lleno en lo que será una auténtica ruleta rusa emocional.

Era este el caso de Anabel, la cual, sin embargo, no se tropezó de golpe con el psicópata. Ella lo conocía de mucho antes, pero nada de lo que sabía sobre él le sirvió para prevenirla, porque la primera relación era ajena a la seducción y al poder. Sólo cuando la situación cambió, porque cambió la vida de ella, pudo entrar en escena el psicópata.

" Conocí a Juan en Julio de 1981, en Dublin. Los dos estábamos haciendo un curso de inglés; él tenia 16 años y yo 24. Yo lo "adopte" como si fuera un hermano pequeño. Coincidia que ambos somos de Madrid (pero llevo 17 años fuera)..

Nos llevabamos muy bien, y al regresar a España seguimos viéndonos como " hermanos". Al año siguiente volvimos a Dublin y él empezó a salir con una chica de Toledo. Como su madre (de él) le revisaba la correspondencia, yo hice de enlace entre la parejita ( ella me enviaba las cartas a mí, y yo se las pasaba y luego se las guardaba en mi casa).Dejamos de vernos al empezar yo a trabajar. Siempre mantuvimos relación por carta, aunque sólo fuera en Navidades.

En 1992 volví a Madrid por un asunto profesional. Hacía entonces cinco años que no nos veíamos, y coincidimos en la calle. Tomamos una cerveza y él me contó sus éxitos profesionales, como responsable del departamento de publicidad de una empresa. Aquel dia noté algo nuevo en mi relación con él: se me había desabrochado la blusa y su mirada a mi escote fue muy significativa.

Me hizo gracia, me di cuenta de que yo no era su " hermanita":En 1996 tuvieron que operar a mi padre que vivia solo en Madrid, me entere que mi marido tenía otra relación. Se me juntó todo, estaba sola, no sabía a quién acudir... entonces me acordé de él y lo llamé pidiendo ayuda.

En esa primera llamada creo que me salvó la vida (aunque luego me la arrebatara).


Amores que matan Vicente Garrido- Editorial Algar- ISBN: 84-931382-7-4

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